Muchas personas durante su época universitaria salen de sus hogares y comienzan la aventura de compartir piso de estudiantes. Como en todas las cosas en la vida, puedes tener suerte o ser un infierno jeje… Conozco todo tipo de casos.
Pero en esta ocasión os vengo a contar una historia sobre una de esas amistades que surgen al compartir piso y que cuando llega el momento de la despedida duele un poquito.
Sara me pidió que le preparara unas galletas para su compañera de piso para agradecerle todos esos momentos compartidos y darle las gracias por su amistad.
Ambas han terminado sus estudios y comienzan caminos desde sitios distintos.
Las galletas representan varios momentos que vivieron juntas:
Cerveza y palomitas para esos momentos juntas en casa viendo pelis.
Una pizza porque era su forma de celebrar cuando les salía bien un examen.
Esta otra galleta es una escena que pasaba todos los días: Su amiga se levantaba rápido y estaba lista para salir por las mañanas, pero siempre le tocaba esperar a Sara a que terminara de desayunar en pijama (iban juntas hasta la universidad).
Otra situación que me pidió que le galletizara fue sus momentos en el sofá tapadas hasta el cuello con sus mantitas (cada una con la de su color), que son muy frioleras y siempre tenían frío.
Para recordar la manía que tenía Sara de poner las llaves en la cerradura dentro de casa, esta galleta 😉
Otra galleta para esos momentos en que su amiga se asomaba por la ventana de la casa. En algunas ocasiones asomaba un montón el cuerpo y Sara que tiene vértigo lo pasaba fatal viéndola.
Todas esos momentos transformados en galleta para recordar esos años que convivieron juntas.
Espero que ambas tengáis mucha suerte en vuestras carreras profesionales y ha sido un placer recordar vuestra historia con galletas. Un abrazo y muchas gracias Sara!