Ingredientes:

• 250 gramos de mantequilla con sal (en punto pomada, es decir que puedas dejar tus dedos marcados fácilmente en ella, déjala un par de horas fuera de la nevera para lograr esto)
• 250 gramos de azúcar blanca
• 1 huevo entero (L)
• 2 cucharaditas de esencia de vainilla (en pasta o líquida)
• 500 gramos de harina

Elaboración:

Cortamos la mantequilla en dados y batimos con una velocidad baja-media.

Cuando la mantequilla esté ablandada añadimos el azúcar y batimos de nuevo a velocidad media hasta que veamos que queda una mezcla homogénea cremosa.

Incorporamos el huevo y la esencia de vainilla y mezclamos a una velocidad baja unos segundos.

Añadimos en un principio la mitad de la harina a nuestra masa y mezclaremos con el robot. Cuando esté integrada añadiremos el resto y seguiremos mezclando a velocidad media un par de minutos.

Si todo ha ido bien habréis obtenido una masa elástica que no se os pegará a los dedos cuando la toquéis y se despegará como si nada de la herramienta amasadora del robot de cocina.

En este vídeo podéis ver el aspecto que tiene que tener vuestra masa.

Refrigeración de la masa:

Antes de poder cortar las galletas tenemos que refrigerar la masa para cortarla fría durante al menos 1 o 2 horas.

Si quieres consejos para poder meterla de forma cómoda y práctica en la nevera ya estirada y lista para cortar con tus cortadores pincha aquí.

Amasado y corte de las galletas:

Sobre una superficie lisa ponemos un trozo de papel de hornear y cortamos otro trozo del mismo tamaño. Pondremos el trozo de masa entre ambos papeles de horno. Usamos este tipo de papel porque es antiadherente y hace que no se nos pegue la masa ni a la mesa de trabajo ni al rodillo.

Cogemos el rodillo para amasar y estiramos la masa que tenemos en el papel de hornear. Pero antes debes saber que es muy importante que todas las galletas tengan el mismo grosor. Te explico en el siguiente punto como lograrlo.

Tienes dos opciones para lograr el mismo grosor en todas las galletas: comprar un rodillo ajustable o bien con dos listones de madera que podéis comprar en el Leroy Merlin (por ejemplo) y un rodillo normal, os montáis un remedio casero como el que podéis ver en la foto siguiente.

Los niveles tienen que tener una altura de 6mm aprox. Este grosor de galleta nos permitirá poder trabajar con ellas sin riesgo de que se nos rompan con facilidad cuando estemos decorándolas.

Una vez estirada la masa procedemos a cortar las formas que queramos dar a las galletas con un cortador. Sólo tienes que presionar fuerte para que se corte bien e intenta optimizar bien el espacio para aprovechar bien la masa ya que en estos momentos estará fría y cuanto menos le pases el rodillo menos la calientas.

Horneado galletas:

Calienta el horno hasta que alcance una temperatura de 170º con el calor arriba y abajo y la bandeja a una altura media.

Coloca la bandeja de hornear galletas encima de tu bandeja de horno y hornea las galletas durante unos 7-9 minutos.

Sabrás que están listas para sacar cuando empiecen a dorarse los bordes de las galletas. No es necesario que tengan un aspecto dorado del todo, están listas cuando los bordes empiezan a dorarse.

Hornea galletas del mismo tamaño juntas.
Si pones juntas galletas de tamaños muy dispares unas se harán antes que otras y tendrás o galletas quemadas por haber dejado que las pequeñas se hicieran o galletas crudas por querer que no se quemen las pequeñas.

Cuando salgan del horno no las retires inmediatamente de la bandeja porque se te romperán. Deja que se enfríen durante unos 3 o 4 minutos.

Una vez pasado ese tiempo con la ayuda de una espátula llevalas a una rejilla para que terminen de enfriarse.

Pasadas un par de horas ya las puedes almacenar en una caja metálica hasta que las vayas a decorar o te las vayas a comer.

Espero que disfrutes haciendo estas galletas de mantequilla para decorar.