Hacía muchos meses que le debía a Nico estas galletas por su cumple. Su petición me llegó de una forma muy especial: por CARTA 😀 (me encantó que un niño de su edad escogiera esa forma de pedirlas, dice mucho de él).
Fue allá por enero y me pilló con toda la movida de estar malita, mi operación posterior, recuperación… (ahora ya todo genial por cierto).
Su reto era un RETO, así con mayúsculas. En aquellos momentos prefería buscar un momento de calma para hacerle las galletas que él merecía, así que en mi siguiente viaje se las llevaría.
Pensé cómo hacer en fondant algo tan complejo como los escudos de las Casas de Hogwarts y al final encontré la solución en la técnica que usé para esas galletas de El Libro de la Selva de hace un par de años.
Los fondos de los escudos requerían pintura con fondant para así poder recrear todos los detalles que contienen y lograr el mayor parecido posible.
Así que recorté con plantillas (puedes ver la técnica aquí) la silueta de los escudos para proceder a pintar cada una basándome en estas ilustraciones que busqué en Pinterest y que me gustaron como modelo a realizar.
Con mi paleta de pintura comestible y pincel en mano me dispuse a pintar cada uno de ellos.
Lo cierto es que así ya me encantaban las galletas (yo también soy fan del mundo Hogwarts), pero lo suyo era poner los nombres de las casas y los animales que las representan también.
Para hacer los animales también use plantillas y en algunos casos tomé como color base el del animal en cuestión y en otras el color blanco cuando no predominaba un color en concreto.
Esta era la parte que más miedo me daba, porque la «trospidez» podía estar al otro lado de la esquina y estropear el resultado final de la galleta (y tener que repetirla entera conociendo mi vena perfeccionista). Enfrentarse ante el «lienzo» en blanco es uno de los temores más grandes del artesano.
Así quedaron los 4 escudos de las Casas de Hogwarts: Slytherin, Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw en galletas.
Al final me parece que quedaron bastante aceptables y viendo la carita de Nico este finde pasado cuando se las di me parece que tengo su aprobación, que es lo más importante.
Como intuía que él «pertenecía» a la casa de Gryffindor le preparé unas cuantas galletitas más para él y su hermana de esa temática. Un Harry Potter y una Hermione para que las disfrutaran también. Las corbatas de Gryffindor fueron un experimento que acabó comiéndose CP (mi marido jajaja… ).
Aunque tarde, creo que valió la pena la espera y su carta (que seguro que llegó más rápido gracias a alguna lechuza de Hogwarts) vió cumplida su petición.