Hay galletas de las que te cuesta desprenderte porque acabas muy feliz con el resultado y da penita tener que decirles adiós. Eso me ha pasado con este galletón de 15 x 10 cm que hice para unas amigas y celebrar el cumple de una de ellas.
Querían que recogiera un lugar donde pasaron unas vacaciones recientemente: Lisboa. Y tanto ellas como yo estuvimos de acuerdo que pocas cosas son más emblemáticas de esa ciudad que sus tranvías amarillos.
Así que me dispuse a pintar un tranvía y a crear un escenario adecuado para colocar a estas tres amigas.
En este vídeo tenéis el making of del pintado de la galleta hasta colocar sus galletratos en fondant.
Pintar sobre fondant no es mucho más complicado que sobre cualquier otra superficie. Al final el truco está dejar secar el fondant de un día para otro en la galleta para que tengamos una superficie firme sobre la que trabajar y por supuesto usar colorantes que sean comestibles.
Yo uso siempre colorantes en gel comestibles diluidos con agua (hay personas que usan vodka para diluirlo), pero a mi me funciona estupendamente con el agua.
Cuando hacemos el dibujo hay que pensar el lugar donde colocar las figuras con fondant. Si nos curramos el dibujo que no lo tapen del todo las figuras. Si os fijáis el lado derecho de la galleta tiene menos detalles y es mas simple porque sé que al final casi no se verá.
Aún así no me gusta dejar en blanco la galleta, me gusta tener también esta visión de paisaje pintado a mano en la galleta.
Poco a poco vas añadiendo detalles hasta que tienes los «galletratos» listos para el recuerdo.
Arte efímero para celebrar su amistad y esas vacaciones en Lisboa.