La entrada de hoy está dedicada al reto «Una galleta, un cuento» que este mes es sobre «El libro de la selva». Cuento propuesto por nuestra compañera Elena Díaz de «Recetas con Mimo», ganadora del reto anterior sobre la cenicienta, con su pan sorpresa
Mi aportación al nuevo reto, son unas galletas basadas en los dibujos de la película que Disney hizo sobre esta novela de Rudyard Kipling escrita en 1894. Una colección de historias en las que animales de la selva de la India nos dan lecciones morales.
La historia de «El libro de la selva» comienza cuando, huyendo del ataque de Shere Khan (un enorme y feroz tigre de bengala y el villano principal del libro), una pareja humana pierde a su hijo pequeño.
Éste aparece en la cueva de una familia de lobos quienes no sólo lo salvan de las garras de Shere Khan, sino que a su vez lo acogen como a su propio hijo. Raksha (la madre loba) lo llama «Mowgli» —’la rana’, dado que no tiene pelo— y lo incorpora a su familia de lobos.
Mowgli es entonces presentado en el Consejo de la Roca, liderado por Akela, quien señala que, para aceptarlo como lobato al menos dos miembros que no sean de su familia adoptiva deben interceder por él. Baloo (un oso bezudo que enseña la ley) quien es el único que sin ser lobo es miembro del consejo habla a favor de Mowgli.
Y el segundo en hablar a su favor es Bagheera, la pantera negra, quien señala que aun sin ser miembro puede cumplir la ley de la manada ofreciendo a ésta un buey que acaba de matar. La manada acepta de buena gana el regalo y así Mowgli pasa a formar parte de la manada de lobos.
Mowgli vive así diferentes historias que le hacen entender el verdadero valor de las leyes, de la amistad y del trabajo en equipo. (* fuente: Wikipedia)
Para hacer estas galletas he experimentado un poco, probando a hacer las siluetas de los dibujos con fondant sobre la galleta desnuda y luego pintarlos a mano. Por si queréis animaros a probar con esta técnica aquí os dejo unos pequeños tips que os pueden ser de guía.
Para hacer unas deliciosas galletas de mantequilla para decorar podéis consultar mi receta y paso a paso pinchando en el enlace.
Estas galletas tienen unos 7 cm de tamaño, para conseguir una mayor precisión con los dibujos al trasladarlos al fondant os recomiendo el uso de plantillas para traspasar los diseños. Tengo un tutorial publicado en el blog sobre cómo trabajar con plantillas que os puede venir bien.
Es muy práctico para conservar las proporciones del dibujo y no tener que hacerlo absolutamente todo a ojo, el uso de las plantillas. Con un poco de papel vegetal y un palillo marcas sobre el fondant para recortar siluetas o dejarte un pequeño boceto marcado de por donde irán luego las pinceladas que tendrás que dar.
Una vez tenemos la silueta recortada con fondant la pasamos a la galleta con sumo cuidado. Esta parte es la complicada realmente porque se te puede deformar la figura si no vas con mimo. Un truquillo para que aguante mejor la figura antes de pasarla a la galleta es dejarla reposar en la mesa de trabajo unos 5 minutos, así habrá endurecido un poquito el fondant y estará algo mas estable.
Y llega la parte mas divertida y relajante de todas… colorear!! Con colorantes en gel comestibles diluidos en agua simplemente tenemos que pintar a nuestro gusto. Me ha encantado el resultado final.
Espero que os hayan gustado estas galletas sobre el cuento «El libro de la selva». No os perdáis lo que han preparado el resto de compañeras sobre este tema, lo podéis ver pinchando aquí.
Hasta el próximo cuento!!!
Donde 14 galleteras, cada una con su estilo personal y diferentes técnicas, dimos vida a los personajes principales del famoso ballet «El Cascanueces».
Esta es la ilustración de Jacob, que pocas veces lleva puesta una camiseta… y va pecho lobo por ahí (nunca mejor dicho, aunque no haya un pelo en su cuerpo).
Para completar el conjunto añadí una de las portadas de los libros mas famosas, la de la primera novela que da nombre a la saga, y en la que dos manos sostienen una manzana.
Tras muchas comilonas, muchas horas decorando galletas, tardes cocinando para amigos y familia, los regalos, más galletas!, los reencuentros con amigos y familia … Hoy, justo después del día de Reyes, es cuando me tomo un respiro y me pongo a recordar lo vivido en el 2014 e intento ordenar mis proyectos para el 2015.
